Desde pequeñas imaginamos nuestra fiesta de Quince como un evento súper especial y digno de ser celebrado al mismo estilo de la realeza. Y a medida que vamos creciendo, esta idea se hace más fuerte y detallada, pues hasta en nuestros sueños podemos escuchar la canción con la que “ingresamos” al salón.
Para hacer realidad nuestra musical fantasía y pasarla a todo dar, nada mejor que contratar una orquesta que amenice a los invitados y nos haga mover el esqueleto de principio a fin.
No obstante, esta decisión tendrá que ir a la mano con otros factores de especial importancia. El principal corresponde al espacio dentro del local destinado a los músicos y sus instrumentos.
Una de estas agrupaciones tiene por lo menos cinco integrantes (incluyendo a un vocalista), los cuales necesitan de un área despejada para realizar su performance y también de un cuarto para vestirse y guardar el resto de sus implementos.
También hay que considerar que las orquestas trabajan (y cobran) por hora. Por ello el programa de la ceremonia debe estar preparado con anticipación antes de realizar cualquier acuerdo. Por ejemplo, si arribamos al salón a la medianoche, los músicos deberán estar como mínimo una hora antes para aminorar la espera.
Así mismo, si contratamos a una orquesta por varias horas, esta debe tener intermedios de descanso en el que debe estar listo un equipo de música con las canciones de moda para que la fiesta no se torne aburrida en ningún momento.
Imagen: Orihuela Digital
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