Una quinceañera debe estar preparada para cualquier cosa ya que una nunca sabe que puede pasar el día de su fiesta que pueda hacernos pasar una mal rato. Por ejemplo, a mi me pasó que en mis quince pasaron tres cosas un tanto vergonzosas.
Primero que la persona que dirigía la parte formal de la fiesta (maestro de ceremonias) dijo varias veces mal mi nombre, después mientras bailaba el vals con mi papá, una parte de un mantel se comenzó a quemar (menos mal que no me di cuenta hasta que vi el video) y cuando hicimos el brindis me atoré con la champaña delante de todos, fue terrible, pues hubo un silencio sepulcral después del “salud” y mientras todos tomaban de sus copas se escucho una “cof cof” de parte mía y todos quedaron mirándome cuando el maestro de ceremonias hizo un comentario sobre lo que me estaba pasando.
Pero conozco casos peores, por ejemplo, a una amiga mientras entrabada a su fiesta bajando las escaleras se le rompió el taco del zapato y tuvo que sacárselos casi inmediatamente, a otra que el señor de la música no llego nunca y tuvieron que pedirle a un primo de ella que pusiera la música de los CDs que el tenía o a otra que se le rompió la basta del vestido y se cayó de una forma vergonzosa mientras recogía sus quince rosas y soplaba sus quince velas.
Por más super preparado y planificado que esté este evento, siempre habrán pequeños percances como que se rompa algo o que alguien importante llegue un poco tarde, la cosa es tomarlo con calma, no hacerle mucho caso y desligarnos de esos asuntos, para eso están los padres responsables, lo importante es divertirnos al máximo esa noche.
Imagen: Tuvida.aol.com
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