Aunque haya invitados indeseables y algunos otros desconocidos, en nuestro quinceañero también están las personas que más queremos e incluso desempeñan un papel importante, como las damas de honor.
Elegirlas no es una tarea fácil. Comenzando porque a veces mamá o una tía nos quiere imponer a su “candidata”. También porque de entre todas nuestras amigas, solo podemos elegir un número limitado. Y no siempre hay reacciones de contento o tranquilidad con la decisión.
Entonces, ¿qué hacer para seleccionar a las “damitas” sin herir susceptibilidades ajenas? Pues antes de anunciar quiénes serán las afortunadas, es mejor hacer una silenciosa evaluación, ensayando las razones que le daremos a las no elegidas. Y antes de decirlo abiertamente, hablemos con las chicas para que no sean muy efusivas y hieran a las demás.
Otra manera de facilitar la elección es ampliar los “cargos”. Y además de designar a las damas de honor que nos darán el recibimiento en el salón, podemos pedirles a otras amigas que formen parte de la coreografía y algún otro número especial.
Como al aumentar el número de participantes también aumentarán nuestras responsabilidades, sería recomendable contar con una amiga como miembro de nuestra comitiva organizadora para que presida la comisión de las damas y de la coreografía. Así cada una se sentirá especial y todas pondrán su mejor esfuerzo en que nuestra fiesta salga de lo mejor.
Imágenes: Damas de Honor
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