Cuando hacemos una fiesta de quince no podemos prescindir de la ayuda y condiciones de nuestros padres, y los más probable es que ellos quieran invitar a algunos de sus amigos o parientes que nosotros no conocemos, pues quieren que ellos vean a su hijita que ya es todo una señorita en su fiesta de 15.
Es aquí en donde entran o aparecen los parientes desconocidos esas tías y tíos que jamás hemos visto en nuestras vidas y las cuales estamos obligados a invitar y, por ende, peder espacios en la lista de los amigos que queremos invitar (gente de nuestra edad). Lo mismo sucede con los amigos de nuestros padres que no conocemos, especialmente sus amigos del trabajo.
Pero este asunto no termina ahí, si tenemos suerte puede que estos nuevos invitados, para nosotros, decidan no ir a nuestra fiesta y no tendremos que conocerlos justo ese día, pero en el caso de que sí decidan ir, prepárate.
No es que vaya a ser terrible, pero habrán cosas como que te sujeten los cachetes y te digan “Dios que grande que estas” o “yo te vi cuando eras una pequeña” o la peor “hay que linda estas ¿te acuerdas de mi?”. Cómo pueden preguntarnos que si nos acordamos de ellas si las vimos cuando apenas éramos concientes y encima no podemos decirles “ no, no tengo idea de quien eres”. En estos caso, lo único que nos queda es decirles “jaja, no la verdad no te recuerdo, pero gracias por venir” de una manera tranquila, más que amable y sobre todo sonreir de una forma que parezca completamente natural.
Imagen: Blog.wonderlandcom.com
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