Qué debe decir el chambelán en nuestra fiesta de quince

Aunque para algunos parezca aburrido (en especial, si son invitados), los rituales son una parte obligada de la fiesta de quince. Sin embargo, esto no quiere decir que los realicemos al pie de la letra. Por el contrario, hasta pueden depararnos más de una linda sorpresa.

Una vez que ingresamos al salón, todas las miradas se concentran en nosotras, desde nuestro vestido hasta el más mínimo gesto de alegría, sobre todo si han preparado un número especial en nuestro honor.

Lo típico es esperar que nuestros padres y padrinos nos “presenten en sociedad” y den el agradecimiento respectivo. ¿Pero se imaginan si además el chambelán nos dice tiernas palabras en presencia de propios y extraños?

Probablemente se nos suban los colores al rostro mientras lo miramos embelesadas. No obstante, ¿qué me dicen del pobre chico? No debe ser nada fácil hablar en público sobre alguien que está al frente y con quien luego hay que realizar una coreografía de baile. Con mayor razón cuando se trata de una enamorada o amiga en proceso de serlo.

Desde el punto de vista de una chica de quince, sugiero que los valientes que asuman este reto lo hagan de una manera sencilla y breve. Es decir, sin muchos adjetivos pomposos y complicados porque parecería un discurso preparado por otras personas (y a pesar de que nos hayan ayudado, hay que tratar de que no se note).

Al igual que los papás, el chambelán puede comenzar dando las gracias a la familia y la dueña del santo, de quien debe resaltar algunas características especiales a través de los versos de un poema o canción. Si nos traicionan los nervios, puede ser la versión completa, pero que sea del agrado de la festejada y sin sentirse muy cursi.

Una vez que hayan terminado el discurso, deben darle a la orquesta o DJ la señal para comenzar el vals, de modo que no pongan en compromiso a la quinceañera a hablar cuando no sabe qué decir y de paso (si la pretenden) asegurarse su conquista.

Imagen: Misquince

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